Era el año 1502. El joven profesor de astronomía de la Universidad de Roma, hizo una breve pausa en su lección sobre el plan del Universo. De todos los países civilizados del mundo arribaron sus discípulos para oír las lecciones de Copérnico sobre las estrellas y los planetas. Continuó haciendo su exposición del sistema tolemaico :
"La Tierra es en centro del Universo; el Sol, la Luna y los cinco planetas son satélites que giran diariamente en torno a nuestra majestuosa tierra en un círculo perfecto. Más allá se encuentran las estrellas fijas, que todo lo rodean. Éstas son las verdades fundamentales que escribió el gran Claudio Tolomeo hace más de mil quinientos años y que son evidentes para los sentidos".
Un joven de ojos brillantes hizo una pregunta: "Distinguido profesor", "¿no disputó esto el antiguo filósofo griego Pitágoras, diciendo que no es la Tierra la que se encuentra en el centro del Universo, sino el Sol?".
Copérnico estaba a punto de responder, como lo hizo muchas veces, que el gran Aristóteles refutó categóricamente a Pitágoras y que, siendo el hombre la obra maestra de Dios, la Tierra que habitaba debería estar al centro del Universo. Esta vez, sin embargo, Copérnico tenía tan poca fe en su acostumbrada respuesta que dio por terminada la clase y salió bruscamente de la sala.
Después de tres años de dedicarse a la enseñanza, resolvió renunciar. Como no deseaba ya enseñar lo que él mismo dudaba, decidió volver a su casa, en Frauenburg, que entonces era parte e Polonia, para dedicarse a determinar para su satisfacción si Tolomeo y los distinguidos profesores del siglo XVI tenían razón o estaban equivocados.
Nicolás Copérnico nació en Thorn el 19 de Febrero de 1473, pequeño puerto de Polonia en el río Vístula, cerca del mar Báltico. Su padre, que era mercader, murió cuando Nicolás tenía diez años de edad, y su tío que era una figura principal de Polonia, el Obispo Lucas Watzelrode, asumió la responsabilidad de educarlo. De joven, en Nicolás influyó el punto de vista positivo y práctico de su padre mercader y de su tío administrador de la Iglesia. Por otra parte, estimularon su imaginación las victorias de los marinos y mercaderes que pasaban por el puerto de Thorn cuando venían de Asia, Italia, Rusia y otros lugares lejanos.
En 1492, cuando Colón descubría América y abría un nuevo mundo geográfico, Copérnico se matriculó en la Universidad de Cracovia, en Polonia, uno de los centros más distinguidos de cultura de esa época. Quedó bajo la tutela de Alberto Brudzewski, notable matemático y astrónomo, que cultivó el profundo interés de Nicolás por esas materias. Sin embargo, por consejo de su tío, el obispo, Nicolás se licenció en medicina, a fin de prestar una ayuda más directa a sus compatriotas.
La obra de Nicolás en Cracovia le abrió las puertas de la cultura. Le preguntó a su tío si podía continuar sus estudios en Italia, centro de aprendizaje y cuna del Renacimiento. Prudentemente su tío consistió e hizo los arreglos necesarios para que asistiera a la famosa Universidad de Bolonia, donde estudió derecho y amplió sus conocimientos de matemáticas y astronomía. También aprendió griego a fin de leer los textos originales de los astrónomos griegos, así como sus traducciones de los antiguos matemáticos árabes Copérnico también desarrolló sus aptitudes como pintor y poeta.
En esa época, fue nombrado profesor de astronomía de la Universidad de Roma.
Luego de comenzar a dudar de la exactitud de la teoría tolemaica, se hizo preguntas como estas : Si el Sol gira alrededor a la Tierra en la órbita fija de un círculo perfecto, ¿cómo explicar el cambio de las estaciones? ¿cómo es que algunas estrellas y planetas varían de posición de una año a otro?.
En 1504 renunció a su profesorado y regresó a frauenburg para convertirse en canónigo de la Iglesia. A partir de entonces, pasó varios años como médico y ayudante de su tío. En esta calidad, ganó la estimación y el afecto de todos aquellos con quienes tuvo relación. Sus estudios de derecho le permitían ser justo y equitativo en la administración de las tierras de la Iglesia. Se dio a conocer por todas partes como médico hábil y ofrecía gratuitamente sus conocimientos médicos para curar a los pobres.
A solicitud del Papa, aconsejó algunas reformas prácticas para hacer más preciso el calendario. Clavio que estudió la evolución de nuestro moderno calendario, decía: "Copérnico fue el primero en descubrir la duración exacta del año". Autoridades posteriores encontraron que sus cálculos de la longitud del año tenían un error de sólo veintiocho segundos.
La obra de Copérnico fue el cimiento sobre el que Galileo, Brahe, Kepler, Newton, y Einstein y otros construyeron la astronomía moderna. Falleció el 24 de Mayo de 1543 en Frombork, Polonia.