jueves, 28 de mayo de 2009

Enigma 120

Presintiendo el final de sus dias, un anciano convoco a sus hijos y les anuncio sus ultimas voluntades: El mayor obtendra la mitad de mi manada, el segundo un tercio y el menor una novena parte.
Pero con la edad del anciano habia olvidado la verdadera posicion de su fortuna: 17 camellos.
Muerto el anciano, los hijos le dieron mil vueltas al asunto al problema sin hallarle solucion. Finalmente, un viejo sabio les puso a todos de acuerdo, sin alterar los deseos del difunto, ¿como?.

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