La probabilidad de que Dios exista es del 62%, según el cálculo realizado por el periodista y ensayista alemán Thomas Vasek a partir de una ecuación creada hace 250 años por el pastor presbiteriano inglés Thomas Bayes.
Para ello, Vasek usa el cálculo de probabilidades, disciplina que Pascal contribuyó decisivamente a desarrollar, y expone sus conclusiones en un ensayo que publica la revista científica alemana P.M en su próxima edición.
A partir de que la probabilidad inicial de la existencia de Dios es del 50%, se examinan cinco ámbitos de indicios para ver si estos fortalecen una u otra hipótesis.
El primero de esos ámbitos es todo lo relacionado con el origen del universo, el segundo es todo lo relacionado con el hecho de que el cosmos tiene un orden, el tercero es todo lo relacionado con la evolución, el cuarto ámbito es el relacionado con la existencia del bien y del mal moral, y el quinto es el relacionado con la evidencia de que a lo largo de la Historia ha habido muchas personas que han tenido experiencias místicas y religiosas, llegando a un cálculo final que le da un 62 por ciento de probabilidad de existencia.
En todo caso, llega a una situación algo más confortable que la de Pascal, que no veía otra salida que la de apostar a ciegas y sólo podía justificar su decisión de creer en Dios diciendo que, de acertar, le esperaba una ganancia eterna, mientras que el riesgo de perder la apuesta era prácticamente inexistente.
Para ello, Vasek usa el cálculo de probabilidades, disciplina que Pascal contribuyó decisivamente a desarrollar, y expone sus conclusiones en un ensayo que publica la revista científica alemana P.M en su próxima edición.
A partir de que la probabilidad inicial de la existencia de Dios es del 50%, se examinan cinco ámbitos de indicios para ver si estos fortalecen una u otra hipótesis.
El primero de esos ámbitos es todo lo relacionado con el origen del universo, el segundo es todo lo relacionado con el hecho de que el cosmos tiene un orden, el tercero es todo lo relacionado con la evolución, el cuarto ámbito es el relacionado con la existencia del bien y del mal moral, y el quinto es el relacionado con la evidencia de que a lo largo de la Historia ha habido muchas personas que han tenido experiencias místicas y religiosas, llegando a un cálculo final que le da un 62 por ciento de probabilidad de existencia.
En todo caso, llega a una situación algo más confortable que la de Pascal, que no veía otra salida que la de apostar a ciegas y sólo podía justificar su decisión de creer en Dios diciendo que, de acertar, le esperaba una ganancia eterna, mientras que el riesgo de perder la apuesta era prácticamente inexistente.
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